
La actitud está estrechamente relacionada con nuestras creencias. La ACTITUD va a estar condicionada por las creencias sobre una determinada situación.
Las creencias, pueden ser elaboradas de forma consciente o inconsciente, ser erróneas o acertadas, irracionales o racionales. Por lo tanto mi actitud también va a tener este tipo de características. Con mucha probabilidad, derivada de una creencia errónea o irracional se hallará una actitud también errónea o irracional.
Es posible que no nos demos cuenta de esas actitudes, porque en determinadas situaciones estemos acostumbrados a actuar de forma casi automática, impulsiva, irreflexiva y/o emocional, sin que nos hayamos acostumbrado a analizar por qué hacemos determinadas cosas, sin que pensemos qué ACTITUD teníamos cuando iniciamos determinado comportamiento o qué pensábamos sobre esa situación.
El identificar actitudes, nos puede llevar a conocer mucho mejor por qué actuamos como lo hacemos. También nos ayudará a identificar determinadas creencias y a modificarlas o sustituirlas cuando son erróneas o irracionales.
Hay ciertas actitudes negativas, erróneas, irracionales que no tienen ninguna justificación ni base sólida en la realidad, pero que, aún así, nos hacen comportarnos de un modo negativo, erróneo o irracional. La superstición es una actitud irracional, basada en creencias irracionales y que condiciona de tal modo a quien tiene esa actitud que le lleva a evitar hacer cosas en un día 13, o a santiguarse cuando cruza un gato negro, o a no pasar por debajo de una escalera, etc. Este tipo de comportamiento puede que no le perjudique seriamente, porque de él no necesariamente derivan situaciones trascendentes o importantes. Sin embargo, en otros campos si que nos colocan en situaciones muy incomodas y perjudiciales para nosotros o los demás. Un claro ejemplo son las actitudes racistas.
En la sexualidad, las actitudes irracionales o erróneas llevan a comportamientos tales como evitar tener relaciones sexuales con penetración cuando se tiene la menstruación, porque se piensa que no es médicamente recomendable; o a no masturbarse por creer que provoca enfermedades o que es de perversos sexuales; o a no besar introduciendo la lengua pensando que ese comportamiento es antihigiénico; o a no mostrar nuestro cuerpo por tener determinados complejos; o a no comunicar a nuestra pareja sexual lo que deseamos porque va a pensar mal de nosotros, etc.
Las actitudes erróneas o irracionales en nuestra sexualidad están impidiendo que disfrutemos porque introducen elementos que nos generan ansiedades, miedos, vergüenzas y, en definitiva, limitaciones a nuestras posibilidades. Es muy probable que no seamos conscientes de ellas, que las tengamos tan arraigadas, al igual que las creencias, que sea necesario un ejercicio de concentración e identificación de las mismas en las situaciones más idóneas.
El mero hecho de poder identificar esas actitudes y comprender en qué ideas tienen sus raíces provoca un alivio de la ansiedad, del temor y de la vergüenza que se asocian a ellas. Ese es el primer paso para establecer una comunicación interior con nosotros mismos y tranquilizarnos aceptando que el proceso por el que estamos pasando es normal y que seremos capaces de superarlo.
La dificultad para identificar nuestras actitudes puede estar muy en relación con la tensión en la que vivimos las situaciones, que nos bloquean para "vernos" a nosotros mismos. Por esta razón, muchas veces necesitamos de cierta ayuda que nos guíe en los procesos que conducen a una buena "conversación" interior y a la auto-observación.
© Dolores Salinas 2004
No hay comentarios:
Publicar un comentario