Frecuentemente las mujeres pensamos que tenemos un problema porque
no logramos sentir satisfacción en nuestra vida sexual, y la verdad no estamos
del todo equivocadas ya que dejamos al hombre la responsabilidad de nuestro
placer y ni siquiera nos damos a la tarea de conocer nuestro cuerpo y tampoco
comunicamos lo que necesitamos y me refiero al tiempo de estimulación o juego
previo, a las caricias, besos, fantasías, etc., que quisiéramos experimentar o
sentir.
En muchas ocasiones nos limitamos a
“cumplir” para que nuestra pareja no se sienta mal, pero no dejamos espacio
para la satisfacción propia y es importante mentalizarse para disfrutar la
intimidad.
La satisfacción sexual y el orgasmo femenino se han vuelto dos
temas clave en el área de la sexualidad y las relaciones de pareja y
necesitamos identificar las variables que intervienen para que estos “fenómenos
corporales y emocionales” se presenten. Además su repercusión en términos del
apetito sexual y la vida de la pareja y la satisfacción personal, son básicos.
Los factores que más nos limitan para lograr una estabilidad y satisfacción
sexual a las mujeres son:
1. Educación sexual rígida y
cerrada en relación al
sexo, provoca que el sexo se perciba como malo o sucio y sentimientos como la
culpa, el temor a pecar, la inhibición y el rechazo a una vida sexual plena
surgen fácilmente sobre todo en las mujeres, ya que los hombres tienen
“permitido” vivir su sexualidad, aunque esto no los exenta de ser ignorantes en
el área.
2. Falta de información, es decir, expectativas o ideas falsas
como por ejemplo: que es el hombre el responsable de brindar placer a su
pareja, o que sólo con la penetración se va a conseguir un orgasmo, que tocarse
los genitales es malo, etc.; lo cual provocan que la mujer adopte un papel
pasivo en el que jamás asume la responsabilidad acerca de su propio placer y
con esto el desconocimiento de su cuerpo y por supuesto de sus genitales, y
generalmente se espera que el compañero “mágicamente” sepa cómo estimularla,
ya que el hombre si sabe como hacerlo.
3. Baja Autoestima, la mujer en muchas ocasiones no se
siente segura de su propio valor, no se acepta como es, se centra más en lo
“que debe hacer” más que en lo “que quiere y necesita hacer” y no se siente
satisfecha con su propio cuerpo; esto la conduce a no ser capaz de vivir la
sexualidad de manera natural y espontánea. Se siente desconectada de sus
propios deseos sexuales, adopta una posición de pasividad ante la relación, e
incluso puede tener problemas en alcanzar el orgasmo o finge tenerlo por temor
a defraudar a su pareja o a ser abandonada.
4. Respuesta sexual Humana,
las mujeres no estamos enteradas de cómo se desarrolla la respuesta sexual
humana (Por favor lee el artículo acerca del Deseo en la Mujer en www.consultasexual.com.mx). Cuando la pareja dedica un tiempo
reducido para la estimulación de la mujer, acompañado con falta de caricias o
del tiempo suficiente para que ella alcance la lubricación y/o excitación o una
actividad sexual precipitada, lleva a que la mujer tenga la percepción de que
el hombre sólo quiere tener “sexo” para satisfacerse él. En el afán de intentar
responder tan rápido como lo hace el hombre, se apura en su proceso de
excitación lo que la llevará probablemente a la perdida del orgasmo o a un
coito doloroso.
5. Cansancio y estrés, es evidente que el ritmo de vida
actual provoca que las mujeres tengamos que hacernos cargo no sólo de nuestras
responsabilidades laborales más los hijos, y la casa, lo que favorece que
sintamos inapetencia o falta de interés por mantener relaciones sexuales con la
pareja o a ver la relación sexual como otra obligación o deber del día. Si
agregamos que él también está cansado y quisiera que a veces tomáramos la
iniciativa, las relaciones sexuales se vuelven rutinarias y carentes de
espontaneidad y atractivo.
7 . Temores y problemas emocionales, podemos sentir temor a fracasar
sexualmente, a no hacer gozar o excitar a la pareja y miedo al embarazo,
miedo al dolor, al que dirán, temor a disfrutar de nuestra sexualidad por
problemas en el pasado, sin embargo tenemos la responsabilidad de reconocer
cuál es el problema y buscar ayuda, necesitamos darnos que cuenta que estos
temores acarrearán un displacer generalizado a nuestra vida que afectará
nuestra respuesta sexual.
8. Infecciones vaginales, trastornos
hormonales, son también
factores que desencadenan inapetencia sexual y dolor durante la penetración,
por ello es muy importante visitar al ginecólogo regularmente para conocer
nuestro estado de salud y tomar las medidas necesarias.
De nada nos sirve saber que existe millones de
mujeres que sufren de insatisfacción sexual, ya que no se trata sólo de un problema
de estadísticas; se trata de asumir la responsabilidad de nuestros cuerpos, de
conocerlos, de saber qué me gusta, dónde me gusta, cómo me gusta; se trata de
buscar información fidedigna y confiable acerca de la sexualidad, de cómo
podemos mejorar nuestra vida sexual; se trata de saber que podemos llegar al
orgasmo no sólo a través de la penetración sino con estimulación oral y/o
manual; se trata de dejar de responsabilizar a “otros” de nuestro propio
placer, recuerda que “el orgasmo es de quien lo trabaja”.
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