domingo, 17 de junio de 2012

DISPAREUNIA O COITALGIA



En la mujer, la dificultad para llegar o mantener la excitación en las relaciones sexuales, suele estar asociada a otro tipo de trastornos como la dispareunia  o coitalgia ( relación sexual dolorosa tanto en mujeres como en hombres) y el vaginismo.( imposibilidad de realizar el coito, debido a la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina). Pero no necesariamente es así. Otros fenómenos de tipo psicológico y social influyen de forma determinante en una correcta excitación.
Dado que en la mujer los síntomas de la excitación no son tan visibles como en el hombre, parece que es más difícil detectarlos y también más fácil ocultarlos si no se desea compartir la problemática, por esta razón y por toda una tradición de menosprecio por la sexualidad femenina, se ha dado menos importancia a este tipo de problemas.

No obstante, para una mujer también es incomodo y frustrante no lograr que la excitación se mantenga lo suficiente como para lubrificar bien, dilatar correctamente y satisfacer el placer deseado en todos los sentidos. Una falta de excitación nos puede estar indicando que la situación no se vive con la debida tranquilidad y relajo. También en la mujer, el estrés, el miedo, la anticipación del fracaso, la vergüenza, pudores, etc. pueden provocar una situación de tensión que desinhiba las reacciones neuro-vasculares adecuadas para que los genitales respondan adecuadamente produciendo la lubrificación adecuada y la hinchazón y relajación muscular necesarias.

En algunos casos la excitación puede iniciarse adecuadamente  y neutralizarse a los pocos minutos. En otros casos no se llega a producir la excitación durante las relaciones. También se puede dar el caso de mujeres que se excitan perfectamente y llegan al orgasmo por medio del autoerotismo y no pueden alcanzar una correcta excitación con su pareja sexual.

Hay que distinguir la falta de deseo de los problemas de excitación, que no necesariamente tienen que ir parejos. Es decir, tanto el hombre como la mujer pueden tener motivación y deseo sexual adecuados y, sin embargo, llegados al momento de la excitación sufrir una disfunción por diversas causas. Claro es que si no hay deseo sexual, no se dará tampoco la excitación. Pero la inhibición del deseo es una falta de sentimientos eróticos, mientras que la dificultad de excitación es una inhibición o bloqueo de la respuesta orgánica, aunque existan estos deseos.

Como consecuencia de las dificultades de excitación o como propia causa se produce el vaginismo y la dispareunia.

El vaginismo es la imposibilidad de que se produzca el coito vaginal debido a la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina. Suele ser una respuesta adquirida tras varias experiencias de dolor (dispareunia) en coitos vaginales. También existen motivos de carácter psico-social como el temor a un embarazo no deseado; falta de desinhibición, pudores y vergüenzas, etc.

El tratamiento, por lo general, consiste de varias fases en las que la mujer con este problema aprende a relajar la musculatura y a controlarla, mediante la introducción de dilatadores progresivamente más grandes, hasta que se puede producir la penetración. Dependiendo de la problemática asociada a este tipo de disfunciones es conveniente que el hombre, si existe pareja, acuda a terapia y si es posible colabore en la aplicación del tratamiento para generar un clima de confianza y facilitar la penetración en el futuro. No obstante, hay relaciones que requieren de una terapia previa en habilidades sexuales para poder aplicar el tratamiento concreto al vaginismo.

La dispareunia es un conjunto de molestias que pueden aparecer durante el coito o después del mismo y que producen irritación de la vagina y la entrada a la misma y pueden llegar a un notable dolor, provocando ulceraciones y dificultades para la penetración. Puede ser debido a causas de origen psicológico, a prácticas sexuales inadecuadas o a una lesión local.

Puede aparecer desde el primer coito o bien producirse al cabo de los años. La menopausia y la sequedad y adelgazamiento de la mucosa vaginal, suelen ser causas habituales de dispareunia. Ciertas cirugías y tratamientos de radioterapia pueden provocar adelgazamiento de la mucosa vaginal, tanto como una reparación plástica de la vagina, una endometriosis o una vaginitis.

Las causas psicológicas son las mismas que en el vaginismo. Otras causas pueden ser una incorrecta lubricación, debida a una estimulación y penetración inadecuadas. También puede haber alguna úlcera, inflamación, irritación o infección  que dificulten el coito y provoquen laceraciones y lesiones mayores o dolor durante la relación. Puede existir reacción alérgica al uso de determinados geles, preservativos o ropa. Otros motivos de dispareunia pueden ser alguna afección dermatológica en los genitales o algún trastorno del tabique vaginal, etc.

El dolor puede producirse a distintos niveles de la vagina y para poder diagnosticar adecuadamente, es importante conocer el origen exacto que lo provoca. Puede estar localizado en el área de la entrada, en la zona de la uretra o en el acceso a la vagina, en el tercio anterior o en el fondo de la vagina en el cuello del útero.

Hay algunas recomendaciones de carácter general, además del tratamiento específico. Es conveniente en casos de dispareunia la utilización de lubricante hidrosoluble antes de realizar la penetración. Las posturas en las que la penetración es desde atrás suele evitar el roce con la uretra impidiendo su irritación si es que ésta es muy sensible.

© Dolores Salinas 2004

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