Una de las 'excusas' más frecuentes a la hora de que un hombre no quiera usar un preservativo es que reduce la sensibilidad y, por tanto, el placer en la relación sexual. Otra barrera hace referencia a que se piensa que interrumpe la relación, le resta espontaneidad al encuentro. Pero lo cierto es que el placer sexual con este método contraceptivo depende de factores psicológicos, como el bienestar con la pareja o la duración del encuentro, o fisiológicos, como la dificultad para lograr una erección.
Esta es al menos la conclusión a la que ha llegado un grupo de expertos dirigidos por Devon Hensel, de la Universidad de Indiana (EEUU), tras llevar a cabo un estudio con 1.875 varones heterosexuales. En declaraciones a ELMUNDO.es el investigador Hensel confirma: "la más razón común que argumentan los hombres para no usar el preservativo es que reduce el placer. Sin embargo, nuestros datos sugieren que en realidad hay varios factores que predicen niveles más altos de placer cuando se usa este método, y estos factores incluyen la participación en diferentes tipos de relaciones sexuales no coitales (por ejemplo, el sexo oral) o que la relación se prolongue".
En el ensayo, publicado en el último 'Journal of Sexual Medicine' , todos los participantes, con una media de edad de 26 años, recibieron 12 condones, así como una guía sobre su correcto uso. Tras la recepción de los mismos, los hombres realizaron un diario en internet a lo largo de un mes en el que registraron sus comportamientos sexuales, tanto manuales, como orales, vaginales, anales y el uso del condón. Asimismo, dieron cuenta de su valoración sobre la relación, su estado fisiológico y la percepción del uso del preservativo asociado al placer.
"Existe un reconocimiento creciente sobre el importante papel que juegan los aspectos positivos de la sexualidad, el placer sexual sobre todo, en la promoción de la salud sexual en todo el ciclo de vida. El placer ha sido reconocido como un factor central de la organización en el comportamiento sexual de los hombres, incluyendo el uso del preservativo. Tradicionalmente, la literatura ha sugerido que dicha satisfacción y el uso del preservativo se perciben como conceptos excluyentes entre sí, con los hombres que los usan con menos frecuencia de manera incompleta o nunca, debido a preocupaciones sobre disminución en el placer, baja percepción de la excitación sexual, o dificultad para alcanzar el orgasmo", introducen los autores en su ensayo.
Reconocen, además, que "se sabe poco acerca de cómo la asociación entre el placer sexual y el uso del preservativo puede variar a través de múltiples eventos sexuales, y cómo la influencia de otros factores puede afectar esta relación", de ahí la idea esta nueva investigación.
Los datos de su ensayo muestran que se obtuvieron 29.714 anotaciones diarias de los participantes en el diario de internet de las que un 29,8% incluyeron el coito vaginal. El uso de preservativo se realizó en el 85% de estos encuentros.
Mayor placer
En cuanto a la relación del empleo de este método anticonceptivo y el placer, el estudio constata que las "clasificaciones más altas de placer durante su uso completo se asocian con una mayor edad, la estimulación manual de los genitales y haber recibido sexo oral. Asimismo, los más satisfechos fueron los que tuvieron una relación más intensa y duradera, percibían que lograban una buena erección y el preservativo les resultó cómodo. En cambio, los que menos placer experimentaron fueron los que tuvieron dificultades para lograr la erección y hubo malestar con la pareja durante el acto", concretan los investigadores.
El científico Hensel defiende que "hay cosas que los hombres y sus parejas pueden hacer para que el uso del condón sea una experiencia sexual agradable. Por ejemplo, recibir sexo oral durante el encuentro. Además, un hombre y su pareja pueden trabajar juntos para asegurarse de que están utilizando el mejor preservativo posible: uno que se ajuste bien y cómodamente y no cause molestias a su pareja. Por último, ya que la experiencia de su pareja durante el acto sexual está íntimamente ligada a la experiencia propia del placer del hombre, la comunicación regular sobre las necesidades y deseos de cada uno pueden ayudar a garantizar el disfrute del sexo cuando se emplean condones".
En su opinión, "los esfuerzos de la salud pública para reducir las relaciones sexuales de riesgo tienen que comenzar reconociendo la importancia de la salud sexual centrada en el placer. Nuestros datos se suman a los existentes para avanzar en estos esfuerzos, y sugieren que hay características psicológicas y fisiológicas específicas que se asocian con las percepciones del placer durante la penetración vaginal con preservativo. Estos hallazgos amplían la comprensión actual de cómo la experiencia del placer sexual varía según los eventos sexuales".
A ello se suma "que los médicos pueden desempeñar un papel importante en el uso del preservativo. Pueden hablar regularmente con los pacientes durante sus visitas a la consulta y aconsejarles sobre el preservativo que más les conviene así como sobre su correcto uso".
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