Para cualquier tipo de práctica sexual que
deseemos realizar, es recomendable que tengamos una actitud natural, respetuosa
y atenta con la persona con la que deseamos compartir nuestra intimidad y crear
un clima de placer y gratificación. No sólo en nuestra comunicación verbal,
también en los gestos y actitudes que adoptemos. Cualquier juego que deseemos
proponer, cualquier fantasía que queramos desarrollar con nuestra pareja ha de
ser aceptada por la otra persona para que la relación sexual se produzca en libertad
y sea totalmente satisfactoria.
Del mismo modo, es bueno que consigamos una
actitud desinhibida y que nos podamos expresar sin vergüenza y sin tabúes. A
veces, manifestar nuestras preferencias, nuestros deseos o nuestras fantasías
puede suponer una discordancia con la otra persona.